Generales Escuchar artículo

EL PRIMER UNIVERSITARIO DE UNA FAMILIA HUMILDE DE SALTA: LA EDUCACIÓN ES UN PRIVILEGIO Y CUANDO NO TENÉS RECURSOS PERDÉS LA CAPACIDAD DE SOÑAR

Es el último de ocho hermanos, oriundo de General Güemes, un pueblo salteño, e hijo de una madre soltera, acaba de recibirse de arquitecto en la UNSAM.

Es el primero en su familia en acceder a la educación universitaria y uno de los pocos de su ciudad natal. Se trata de Alejandro Montero, oriundo de General Güemes, un pueblo salteño, e hijo de una madre soltera, quien acaba de recibirse de arquitecto en la UNSAM.

El pasado miércoles, el sueño que inició en 2011 se hizo realidad: con la exitosa defensa de su proyecto de carrera, posterior a la aprobación del último final, logró cumplir con el objetivo por el que dejó su pueblo para instalarse en Buenos Aires. Ingresó a estudiar y no paró hasta llegar a la meta.

Como en la UBA el CBC era largo y sabía que le llevaría tiempo realizarlo, comenzó a buscar una universidad privada.

“Supe por un amigo que la carrera estaba en la Universidad de San Martín (UNSAM), que es pública, así que comencé a estudiar radiología para tener un nuevo conocimiento, trabajar pronto y con ese ingreso pagar la carrera. Una amiga jujeña que estaba en Buenos Aires me contó de un trabajo de radiólogo de 4 horas y para eso necesitaba empezar a estudiar esa carrera”.

 

Lo hizo en menos de dos años y comenzó a trabajar como investigador médico haciendo resonancias magnéticas.

Casi en paralelo, comenzó arquitectura.

“Fue todo un desafío, un camino de ida al crecimiento personal y a mi desarrollo profesional. La Universidad fue un lugar de contención por el conocimiento que se comparte, pero, sobre todo, por el sentido de comunidad que pude encontrar", admite.



No demoró mucho en hacer nuevas amistades. “Hoy son parte de la familia de la vida, son quienes me contuvieron y acompañaron todo este tiempo”. “Ya el año pasado le avisé que empezaba el ultimo cuatrimestre de la carrera y que quería que estuviera conmigo cuando me recibiera. Me decía que se iba a sentir incómoda, qué que iba a hacer en Buenos Aires, que la mirarían raro, que no se iba a sentir bien en la universidad... Pero la pude convencer y vino. Y se dio cuenta de la calidad de personas que son mi familia de la ciudad. Se quedó muy contenta porque se dio cuenta de que me quieren y valoran”.

Hábitat y hábito, fue el nombre de su proyecto final.

“La idea sale desde lo personal. Cuando llegué a la universidad, las materias teóricas, las que requerían lectura como Historia o Filosofía me costaban muchísimo porque, al principio, no entendía y después comprendí que, claro, yo vengo de la pobreza, de un lugar muy humilde. Yo conocí una biblioteca a los 18 años, no tenía el hábito de agarrar un libro. Recién en la universidad supe cómo era una biblioteca, y veía que la mayoría de lo que me costaba era porque el hábitat en el que me crié no estaba el hábito de la lectura. De ahí sale la idea de hábitat y hábito que después polaricé a la arquitectura y a analizarlo desde ese lugar para así construir espacios que puedan contribuir a esto eso, por un lado”, explica su propuesta.



Por otro lado, se refiere a la cuestión de perspectiva de género.

“Surge porque soy hijo de una mamá soltera, y entiendo que fue difícil para ella siendo una mujer de provincia, marrón, y todo lo que eso implica siendo pobre, y que los espacios no están preparados muchas veces no sólo para una mujer como ella sino para muchos otros tipos de gente. Eso, en realidad, tiene que ver un poco con lo personal, pero también un poco con las coyunturas actuales y los debates actuales que se están teniendo hoy la sociedad argentina. Aún en 2023, la educación es un privilegio y cuando no tenés recursos perdés la capacidad de soñar”, subraya.


Actualmente, Alejandro trabaja en la universidad en la que acaba de graduarse. Es profesor adscripto y ayudante de cátedra en la materia Diseño y trabaja en el Laboratorio de Urbanismo. “También estoy trabajando en Desarrollo Social, donde hacemos la parte de arquitectura”.

Comentarios
Volver arriba